Sigo sin conseguir seguir el fic a partir del capítulo 29 y a partir del 26 ni siquiera tienen título pero ya que tengo capítulos me sabe mal dejaros en la estacada así que ahí va :)
Capítulo
20: Entrevistas y sentimientos. Parte 2.
Nolan suspiró apartando la vista de los chicos del distrito uno, tan fuertes, tan unidos...
—Tan
dependientes. —Susurró para si mismo, antes creía que el problema
era él, ahora veía que ella también y no era justo. Cynthia no
tenía la culpa de estar aquí ni de que su novio se presentase
voluntario por ella, solo había hecho una elección en base a las
circunstancias, una elección de amor.
—¿Te
va a costar olvidar-la verdad?—Llamó Annabelle su atención
rápidamente, él asintió.
—Tendré
que hacerlo tarde o temprano si quiero llegar al final. Tendré que
matar-le a él también y no puedo hacerlo si no paro de pensar en el
daño que le haré a Cynthia entonces. —Volvió a suspirar para si
mismo mirándola, seguidamente observó al tributo del distrito
cuatro, su entrevista le acababa de dejar perplejo, al igual que él
en los juegos, y por un instante también quiso que volviese. Veía
valor en sus ojos. Realmente comprendía el discurso de Cynthia en
aquella entrevista. Ser profesional significaba valor, pero William,
él...Era sencillamente horrible, no podía obligarla a hacer eso,
por más que la quisiera. No era una elección justa y comprendía
que ella tampoco. Por eso quería sacarlo, pero tampoco debería
hacerlo. Era mejor que el chico del uno no saliese de estos juegos y
menos después de lo que acababa de decir en la entrevista. No sabía
lo que hacía.
—Esto
es horrible. —Declaró finalmente el chico del distrito ocho
mirando alternativamente a los tributos y a las gentes del Capitolio.
—Es sencillamente horrible. No comprendo porque nadie hace nada.
¿Es que no ven lo que están haciendo? ¿Las decisiones que nos
están obligando a tomar solo porque hayamos perdido una guerra? No
es razonable, no es justo, es simple y llanamente horrible y no
deberíamos de aceptarlo tan fácilmente. No lo comprendo, en serio
que no lo comprendo. —Comentó rabioso. Ella se encogió de
hombros.
—Tienen
miedo Nolan. Hace sesenta y seis años nos sublevamos y acabamos así.
Es natural que la gente se asuste. —Le explicó ella apaciblemente.
—Aparte tampoco es que podamos hacer mucho de todos modos así
que...—Pero él la interrumpió firme.
—Podríamos
luchar, yo voy a hacerlo. —
—¿Crees
que serviría de algo?—La voz del chico del distrito doce se
manifestó a la espalda del chico de ojos azules, el cual, sin
inmutarse lanzó la moneda al aire de forma que el otro chico pudo
entrever con reconocimiento el símbolo que brillaba en él,
seguidamente la atrapó con decisión y dijo sonriendo.
—Es
mejor que no hacer nada, ¿no crees?—Y Cris no pudo más que
pestañear observándole atónito y admirado. Seguidamente bajó el
rostro dubitativo, creía que Jack era el único tributo que tenía
valor para vivir en estos juegos y por eso quería ayudarle a ganar.
Pero ahora veía que Nolan también y sus motivos eran demasiado
parecidos a los de él para que se sintiese inclinado a traicionarle
otra vez, pero dudaba mucho de que pudiera ganar y ayudar a otro
sería más sencillo...
—¡Genial!
—murmuró. —Ahora sí que no sé cual de vosotros dos
apoyar.—Pero entonces Nolan se levantó rabioso y le cruzó la cara
de una bofetada.
—¡Maldita
sea, Cris! ¡Reacciona! ¡No dejes que te controlen!—Declaró
indignado elevando la voz. El chico del doce pestañeó alucinado e
incrédulo, ¿de verdad Nolan acababa de pegarle? ¿Por qué?
—¿Que
quieres decir?—Inquirió aun confuso observándole. Nolan le
sostuvo la mano decidido intentando nivelarse un poco y explicarse en
vez de gritarle. Sabía que no debería de haber hecho eso, no era
correcto, pero si había algo que realmente odiaba aquí, además del
Capitolio y de sus normas, era a los cobardes que sean por las
razones que sean, se rendían sin ni siquiera empezar. ¡Y era,
justo, lo que estaba haciendo Cris, en aquel momento!
—Eso
mismo. —Dijo simplemente. —No dejes que controlen, no dejes que
te manejen. Haz lo que quieras y no dejes que te hagan sentirte
culpable por ello. No estás haciendo nada malo por luchar, lo sabes
muy bien.—Cris no pudo más que pestañear alucinado y avergonzado
a la vez. Nolan tenía razón, no importaba lo culpable que se
sintiera por haber desobedecido al Capitolio en estos momentos. Solo
estaba luchando por su familia, y eso no era nada malo, al
contrario...Era...Bueno....
—Perdona
Nolan, tienes razón. —Reconoció arrepentido. —Nosotros no somos
los malos aquí. —Annabelle simplemente asintió observando a Nolan
con admiración, lo que acababa de hacer en estos momentos era
increíble...Seguidamente observó al chico del doce y dijo:
—Entonces,
¿vas a seguir luchando?—Cris la observó decidido, los observó a
los dos completamente decidido y, finalmente, asintió sonriente y
ella bajó el rostro completamente ruborizada. El chico del distrito doce
pestañeó unos instantes mirándola pero esta le ignoro y se
concentró en atender las entrevistas, mientras Nolan les observaba
con curiosidad. Finalmente, Cris sacudió la cabeza y recordando el
asunto por el que había venido realmente a junto de Nolan, lo atrajo
hacia otro sitio para luego enfrentarle unos instantes, diciéndole
en voz extremadamente baja pero autoritaria:
—Mira,
no quiero discutir contigo pero supongo que eres perfectamente
consciente de lo que hiciste ayer ante los vigilantes. —Entendía
que este no fuese el mejor momento para hablar pero preferiría
hacerlo allí que en la arena. Aparte, no le interesaban las
entrevistas para nada, no quería encariñarse con los tributos
reunidos aquí. Sin embargo, Nolan, al contrario de lo que imaginaba,
no protestó, sino que bajó el rostro avergonzado observando a los
evaluadores de la fortaleza de los tributos en estos juegos y declaró
no muy contento.
—Perder
los estribos. Eso es lo que hice. —Suspiró observando
alternativamente a Jack, quién no parecía muy contento porque se
dedicasen a cuchichear durante las entrevistas, y al chico del doce y
siguió hablando con arrepentimiento. —Pero entre que no me hacían
ningún caso y que yo, al igual que tú, estoy aquí por algo bueno,
realmente no pude controlarme. —Reconoció disculpándose,
seguidamente observó a William unos instantes, reflexivo, y asintió
para si mismo. —Pero no te preocupes, tengo una solución, es algo
peligroso, pero me temo que es la única opción que me queda. Tú por tu parte, deberías de ir a tranquilizar a Jack, no me gusta la
forma en que nos mira en estos momentos. —Alarmado, Cris levantó
la vista al chico del distrito siete y al ver a lo que se refería,
negó con la cabeza y le lanzó una mirada reprobatoria. El otro bajó
la vista rápidamente y Nolan no pudo evitar pensar que Cris, en
estos momentos, parecía un padre que reñía a su hijo. Estaba claro
que era el más maduro de los tres, y aquello le encantaba. Veía en
el chico del doce una persona excelente, sí, quizás fuese un poco
esquivo y duro, pero era evidente que al tener que hacerse
responsable, a la tierna edad de once años, de una familia de cuatro
incapaz de mantenerse sola, había tenido que hacerse el fuerte para
sobrevivir y hacer que confiasen en él. Mostrándose inquebrantable,
valiente y capaz para que su padre aceptase su entrada al bosque con
los riesgos que suponía; y aquello era obvio que le había hecho
madurar demasiado pronto. Ahora, con dieciocho años Cris parecía
más un adulto que un adolescente, al contrario que la mayor parte de
los tributos de estos juegos, incluidos Jack y él. Por eso tanto él
como su mentor lo veían como el más capaz de ellos, Cris sabía lo
que quería y como conseguirlo, solo tenía que evitar dejarse llevar
por la culpa y comprender que estar aquí no era un castigo, sino una
tortura e injusticia. Y era obvio que después de lo que le había
dicho lo había conseguido, el chico del doce estaba dispuesto a
luchar.
“Solo
espero que no lleguemos al final, creo que sería incapaz de matar-le
por más que quiera.”
Pensó Nolan observando como este volvía a su sitio. Rápidamente
hizo lo mismo y se concentró en preparar bien su enfoque
mentalmente, la mejor forma de ser si mismo sin por ello revelar todo
lo que pensaba sobre el Capitolio, era lo que le había aconsejado su
mentor que hiciese, independientemente de que quisiera ganar o no. Y,
finalmente, la sorpresa final, una forma de captar las cámaras sin
por ello decir lo que sentía por Cynthia. Entendía que esto no le
iba gustar mucho a su mentor, pero impresionaría más así que
diciendo que estaba enamorado de ella, lo sabía seguro...
Jack
bajó el rostro sintiéndose repentinamente avergonzado ante la
mirada reprobatoria de Cris, debía reconocer que al ver al chico del
doce y Nolan simpatizar de esa forma tan fuerte, durante las
entrevistas, había sentido autentica rabia. Creía que Cris y él
tenían una conexión especial durante los juegos pero veía que la
de él y Nolan era más profunda y aquello no le gustaba nada. No le
gustaba que el chico del doce abogase por otra persona que no fuera
él. Era una tontería ya que si llegaban al final tendría que
matar-le pero no podía evitar pensar así.
—¿Que
te pasa?—Llamó Melania su atención, rápidamente. La niña
llevaba un vestido verde que casi parecía estar hecho a base de
hojas y unas finas alas en las espalda. Según le había dicho, su
estilista le había hecho vestir eso para semejarse a una especie de
ser legendario de los bosques llamado hada. A él le daba rabia ya
que el estilista debió de pensar en ese traje en el desfile y no
ahora. Pero en fin, allá ellos y sus formas de hacerlos destacar en
estos juegos. El chico suspiró aun cabizbajo, seguidamente levantó
la mirada a Cris quién había decidido, de una forma casi drástica,
pasar de él y volver a junto de su compañera de distrito, intentado
animarla y cuidarla de una forma casi paternal. Se fijó en que la
chica del distrito ocho le observaba de una forma tan parecida a la
que su compañero de distrito se había acostumbrado a delinear a
Cynthia, desde que había llegado a los juegos, que resultaba
chocante. Quizás hubiese otros trágicos amantes en estos juegos,
aunque lo dudaba, Annabelle ni siquiera les había pedido alianza, de
hecho se pasaba prácticamente todos los juegos evitando al chico del
doce y él hacía igual con ella. Era como si tuviesen un acuerdo
tácito de no simpatizar en estos juegos y eso que habían tenido
oportunidades de sobra. Pero era obvio que Cris actuaba con más
cabeza que Nolan y sabía fácilmente, lo poco que le ayudaría ni a
él ni a ningún tributo, tener una relación amorosa con otro
tributo en los juegos.
—No
sé si te lo he dicho en algún momento, pero siempre he sido muy
recatado y exclusivo con mis amistades en mi distrito. Cris y yo
tenemos una conexión especial en los juegos y verle conectar con
Nolan de una forma casi incomprensible para mí, me pone de los
nervios. Supongo que es una tontería teniendo en cuenta que solo uno
sale de esta arena, y quiero ser yo, pero no puedo evitarlo.—Explicó
apaciblemente Jack y Melania les observó con interés a él y al
chico del doce, seguidamente sonrió y él no pudo evitar
enternecerse un poco, era adorable.
—Sois
muy amigos, ¿verdad?—Declaró y Jack sonrió asintiendo.
—Otra
tontería, teniendo en cuenta que como siga así no podré matar-le
si llegamos al final, pero me he dado cuenta fácilmente de que no
puedo ignorar mis sentimientos en estos juegos, al igual que él.
Supongo, en fin.—Suspiró otra vez al ver que el chico del doce le
seguía ignorando deliberadamente y comenzó a juguetear con las
mangas de su traje verde oscuro nervioso. ¿A qué jugaba Cris ahora,
es que ya no pensaba ayudarle solo porque había mirado mal a Nolan?
Bueno, tampoco es que estuviesen en un momento como para simpatizar,
pero le preocupaba el asunto.
—Melania
Sanders—Su compañera de distrito levantó la vista como asustada,
seguidamente sonrió, fingiendo estar feliz de estar aquí, y se
encaminó al escenario. La observó unos instantes mientras ella y
Caesar simpatizaban en la entrevista, el presentador era un hombre
demasiado amable y siempre ayudaba a los tributos, estén como estén
en realidad. Los ayudaba, les tranquilizaba y les hacía destacar
casi siempre a su manera. Le encantaba lo fácilmente que jugaba el
juego de todos los tributos y lo veía como una persona
sorprendentemente fácil de manipular, prácticamente no tendría
problemas para hacerse el valiente en estos juegos. Era demasiado
fácil.
—¿Intentas
buscar una manera fácil de manipular al presentador o es que también
lo consideras un enemigo? —La voz de Cris lo sorprendió a sus
espaldas y suspiró aliviado, seguidamente se río y el chico del
doce se sentó a su lado tranquilo y pensativo. Se había fijado,
durante los entrenamientos, en que Cris no hacía prácticamente
ningún ruido al andar, de ahí que siempre lo pillase por sorpresa.
Tendría que preguntarle el truco, quizás le sirviese en la arena.
—Lo
primero, busco una forma de destacar en mi entrevista. Antes no
quería hacerlo pero después de lo de los chicos del uno y Sean, veo
facílmente que no importa lo que hagamos, no vamos a llamar la
atención como ellos, y francamente creo que necesitamos
patrocinadores en estos juegos. Los profesionales pueden pasarse el
tiempo jugando a los arrogantes, porque se van a quedar con todo en
la Cornucopia y no necesitan ayuda, pero los demás tributos, no
tenemos tanta suerte. —Finalizó tranquilo y observó a Cris
expectante, esperaba que le riñese, este silencio le dolía más que
nada, pero el chico del doce no parecía por la labor: se hallaba
observando alternativamente a su compañera de distrito y la tributo
del distrito ocho, pensativo, y Jack no pudo evitar pensar, en estos
momentos, que si fuese un mueble, el chico no se habría dado de
cuenta siquiera, prácticamente lo estaba tratando igual.
—Podrías
dejar de ignorarme, ¿quieres? —Le reprochó. —Ya sé que no debí
mirar a Nolan como si quisiera asesinarlo porque simpaticéis de esa
forma tan cercana pero, francamente, esto duele.—Cris suspiró.
—Perdona,
es que Nolan me ha devuelto las esperanzas de vivir de una forma muy
sutil y ahora no paro de pensar en que demonios haré en la arena y
contigo. No te lo tomes a mal, pero solo uno sale de esta arena y
quizás deba dejar de jugar a los amiguitos un poco.—Le explicó
Cris con serenidad. Jack pestañeó, un poco sorprendido, ¡¿que
Nolan había hecho qué?! No lo podía creer, ¿como hacía ese niño
rebelde para estropearle los planes siempre? No sabía como matar a
Cris, nunca lo había sabido, se llevaba demasiado bien con él.
Iba
a darle la razón, de todos modos, para tranquilizarlo un poco,
cuando sintió que alguien lo observaba y se encontró con la mirada
serena y maliciosa de Sean, el cual aprovechaba las entrevistas para
seguir simpatizando con sus aliados; (en concreto con el tributo del
distrito dos y su compañera de distrito, ya que la del dos no
parecía soportarlo desde su entrevista y los del uno se hallaban un
poco distraídos); de una forma tan cercana que resultaba chocante.
Rápidamente le fulminó con la mirada, realmente le daba rabia que
ese crío estuviese entre los profesionales, le parecía un inútil y
un engreído. Se pasaba más tiempo jugando al espectáculo con su
actitud de niño travieso e inocente y haciendo amigos, que
entrenando, y pasaba olímpicamente de impresionar a los demás. No
sabía a que jugaba pero le daba rabia, él haría un mejor trabajo
entre los profesionales que ese idiota, tampoco es que fuese tan
difícil.
—Pues
parece que a Sean, en estos momentos, no le importa mucho,
prácticamente lleva todos los juegos intentando hacer el mayor
número de amigos posible. En un tributo como Nolan lo entendería,
es un rebelde y se ha hecho a la idea de que jugar al chico recto y
educado no influirá para nada en su devenir en la arena. Pero Sean
es un profesional, debería comenzar a comportarse como tal y no,
simplemente, limitarse a disimular delante de William. —Cris le
observó unos instantes, reflexivo, pero finalmente negó, él
también había remarcado esa actitud en el chico del cuatro pero
dudaba mucho que fuese por estupidez.
—Pues
yo creo que es una técnica y de las más eficaces, ya que como siga
así en la arena, nadie podrá matar-le, excepto tú y quizás la
chica del distrito dos; ya que lleva desde su entrevista nivelándolo,
como si buscase la mejor forma de torturarlo por lo que le hizo
Finnick a su querido novio el año pasado. Todos se pasarán el
tiempo protegiéndolo y él podrá fácilmente engañarles y
matar-les, o arreglárselas para que lo hagan otros. La corona será
suya en cuestión de días, quizás menos, lo veo bien capaz.
—Aseguró y Jack pestañeó observando a Sean realmente atónito,
prácticamente era la mejor técnica que había oído jamás, mejor
incluso que la suya cuando quiso acercarse a los profesionales. Él
solo tenía previsto introducirse en el círculo y organizarse-las
para pasar desapercibido y hacerlos enfrentarse entre sí al final,
nunca había imaginado lo que supusiese hacerse amigo de todos aquí.
Lo veía muy doloroso, ¿como podría matarlos, si todos le
simpatizaban? Era casi imposible
—Bueno,
debo admitir que no está mal—Susurró intentando no sonar
demasiado perplejo, no podía admirar a ese crío, decididamente no,
y más si él le seguía mirando de esa forma tan desafiante. La
chica del distrito dos les observó con interés, pero enseguida
volcó su atención al rito de asustar a otros tributos, que tenía
dispuesto desde que había llegado a los juegos. Eso y las miradas
furtivas a William, el cual estaba demasiado distraído charlando con
su noviecita como para advertir lo que hacían otros tributos.
Normalmente no le daría demasiada importancia, pero teniendo en
cuenta que el chico del distrito uno se había erigido fácilmente en
líder de la manada profesional, desde el primer día, le resultaba
cómico. En cierto modo, aquello era el resultado de algo que había
advertido fácilmente en el tejado al hablar con él, la única forma
eficaz de engañar a William era hacerle creer que tiene el control.
Una vez que se confiaba resultaba muy fácil manipularlo. Lentamente
sonrió recordando todo lo que le había acabado comunicando el chico
del uno allá arriba sobre los profesionales, mientras que él apenas
le había dado mucha información sobre sus aliados. Quizás estos
juegos no fuesen tan difíciles después de todo...
—Oye.
—Dijo Cris al ver que observaba ahora a William. —Dos cosas en la
arena, la primera, olvídate de William, después de su entrevista me
ha quedado claro que no quiero verte simpatizar con ese tipo en la
arena. Podría matarte de mil formas distintas y tu ni siquiera te
habrías dado de cuenta. —Asintió rápidamente, a él tampoco le
parecía prudente encontrarse con él en la arena, después de oírle
hablar ahí arriba. Estaba claro que no tenía escrúpulos y haría
lo que hiciese falta por llegar al final con su noviecita. Iba a
matar a todos por ella y a él no le apetecía morir en sus manos.—Y
la segunda...—Cris niveló a Nolan pensativo pero finalmente
asintió, no iba a dejar solo al chico moreno en su propósito, no,
después de lo que había hecho por él...—Quiero a Nolan en la
alianza, incluso aunque eso nos traiga algunos
problemas.—Sentenció.—No tengo ninguna gana de echarlo después
de lo que hizo, no se lo merece. Aparte, me ha dicho que tiene una
solución y francamente confío en él. —Jack observó ahora a
Nolan que se hallaba cuchicheando con su compañera de distrito y
señalando a los tributos del distrito uno de vez en cuando. Tenía
que reconocer que, a pesar de su actitud de rebelde, Nolan era uno de
los tributos más capaces de los juegos. Realmente le haría falta en
la arena por más que no le gustase su actitud. Suspiró.
—Está
bien, lo dejaré estar. De todos modos parece que por fin está
reaccionando con cabeza ya que ha dejado de jugar a los noviecitos
con la chica del distrito uno y, obviando la forma tan fuerte con la
que simpatiza con su compañera de distrito, cosa que también hacen
otros tributos, así que me da igual, ha dejado de comportarse como
un rebelde malcriado en estos juegos. —Cedió resignado cuando la
voz del presentador les interrumpió diciendo su nombre.
—En
fin, —Dijo levantándose decidido. —Fin de la cuenta atrás —Cris
le sonrió con simpatía y le deseó suerte, a lo que él respondió
que no la necesitaba y se encaminó al estrado firme y seguro,
estos
juegos tenían que ser suyos, no sabía como pero tenían que serlo,
tenía que ganar, tenía que sobrevivir fuese como fuese, no quería
morir en la arena e iba a hacer lo que sea para evitarlo...
Cynthia
cerró los ojos intentando relajarse un poco y sumergirse en los
relatos de su distrito, que William se había pasado el tiempo
contando, para que olvidase las entrevistas. Su tiempo juntos y lo
que este suponía, las personas que dejaría atrás si moría en la
arena,...
—¿Comprendes?—Decía
él seguro y convincente. —Hay mucha gente que te espera en tu
distrito, mucha gente por la que deberías regresar. —
—También
hay gente que te espera a ti William, ¿o es que quieres hacerle esto
a tu familia? —Contraatacó ella y William bajó el rostro afectado
mientras la culpa lo comenzaba a embargar, aun recordaba las palabras
de su hermano haciéndole prometer que no se rendiría, aquello era
un golpe bajo pero se lo concedía. Él prácticamente estaba usando
la misma técnica para convencer-la a ella.
—Claro
que no Cynthia, es solo que...—intentó explicarse él pero ella le
interrumpió.
—¿No
quieres vivir William?—le preguntó.
—No
sin ti Cynthia. —Dijo él directamente. —No puedo vivir sin ti.—
—¡¿Y
pretendes que yo lo haga?!—Le increpó ella indignada pero sin
levantar el tono de voz, era mejor que no les oyesen discutir ahora.
—¿De verdad crees que sería capaz de dejar que cogieses un
cuchillo y te apuñalases en el corazón, sólo porque según ti
merezco vivir más que otros? —Añadió cada vez más angustiada.
—¿No
quieres vivir Cynthia?—Le preguntó él.
—No
a tu costa William. —Le contestó ella directamente. —No a tu
costa. —El chico suspiró con el rostro bajo cuando la voz
autoritaria de Robin les interrumpió.
—Si
dejaseis de cuchichear un minuto y prestaseis atención a las
entrevistas, veréis que tenemos un gran rival en estos juegos—Les
increpó él, William iba a protestar cuando vio a quién se refería,
a quién estaba haciendo la entrevista en estos momentos y lo que
estaba diciendo:
—¿Por
qué crees que puedes ganar Jack?—El chico del distrito siete se
tendía en su sillón en una postura recta y cómoda. Aparentaba
seguridad por todos los poros, seguridad y tranquilidad, era como si
no concibiera que pudiera morir ahí arriba. —Porque tengo valor
Caesar. —Dijo sin dudar y William no pudo evitar, a pesar que
seguía odiando lo que había hecho, sentir cierta envidia, le
encantaría tener su seguridad. —Valor inteligencia y sabiduría.
Quizás no te parezca mucho comparado con la fortaleza de otros
contrincantes pero en realidad lo es. La inteligencia te abre muchas
puertas, te permite intuir, lo cual te permite saber y por ende
planear y manejar... —Las miradas inteligentes y seguras que le
echaba a otros tributos, profesionales incluidos, ponían de los
nervios al chico del uno. Le recordaban lo ocurrido en aquel tejado y
como lo había utilizado. Al igual que utilizaba al público ahora,
convenciéndolo de que podía ganar a pesar de su nota y
envergadura...
—Para
ganar, ¿eso es lo que intentas decir?—Lo cortó Caesar
entusiasmado con el chico, al igual que el público que lo escuchaba
atentamente subyugado a él. Prácticamente los tenía en sus manos y
sin necesidad de ningún lazo sentimental.
“Este
chico es un peligro”
pensó William. “Y yo
que pensaba tenerlo de aliado. Está claro que no puedo caer en su
juego de nuevo.”
—Increíble.
—Murmuró Giannira asombrada sin quitar los ojos del estrado de las
entrevistas.
—Sí,
los tiene en sus manos. —Coincidió Sean, seguidamente sonrió, le
gustaba su rival en estos juegos. William les fulminó con la mirada,
indignado, envidia o no, Jack era un tributo, no su compañero de
clase, no podían admirarlo. Mientras Jack seguía hablando con
resolución, encantado con el efecto que estaba creando:
—Exactamente
Caesar. No voy a revelar todos mis planes para estos juegos, pero te
puedo asegurar, a ti y a este público que puedo ganar. Sé como
hacerlo. —Mostró una sonrisa segura y el público comenzó gritar
de forma ensordecedora ante su tono, valor y decisión. Era la
primera vez en años, que un tributo de un distrito inferior
aseguraba, sin la ayuda de Caesar, que podía ganar los juegos y
aquello les encantaba, confiaban en él...
—Tienes
razón Robin. —Dijo simplemente William observando al chico
decidido. —Este debe morir.—
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Nos vemos en cuanto pueda :)
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Nos vemos en cuanto pueda :)
Genial Genial Genial Genial *-* Lo haces muuy biiieeen!! Me ha en-can-ta-do. Ya qur estoy aprovecho para avisarte de que he subido otro capítulo, pásate cuando puedas!!
ResponderEliminarPAAAAULAA!! Quedas oficialmente nominada a los premios dardos! Pasate :3
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