Tributos

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Epílogo: La impulsora de un nuevo juego

Quisiera pedir perdón por no publicar, pero lo cierto es que lo hice adrede ya que los martes estoy bastante ocupada con clases mañana y tar...

viernes, 26 de septiembre de 2014

Capítulo 20: Entrevistas y sentimientos. Parte 2.

Sigo sin conseguir seguir el fic a partir del capítulo 29 y a partir del 26 ni siquiera tienen título pero ya que tengo capítulos me sabe mal dejaros en la estacada así que ahí va :)







Capítulo 20: Entrevistas y sentimientos. Parte 2.



Nolan suspiró apartando la vista de los chicos del distrito uno, tan fuertes, tan unidos...

—Tan dependientes. —Susurró para si mismo, antes creía que el problema era él, ahora veía que ella también y no era justo. Cynthia no tenía la culpa de estar aquí ni de que su novio se presentase voluntario por ella, solo había hecho una elección en base a las circunstancias, una elección de amor.

—¿Te va a costar olvidar-la verdad?—Llamó Annabelle su atención rápidamente, él asintió.

—Tendré que hacerlo tarde o temprano si quiero llegar al final. Tendré que matar-le a él también y no puedo hacerlo si no paro de pensar en el daño que le haré a Cynthia entonces. —Volvió a suspirar para si mismo mirándola, seguidamente observó al tributo del distrito cuatro, su entrevista le acababa de dejar perplejo, al igual que él en los juegos, y por un instante también quiso que volviese. Veía valor en sus ojos. Realmente comprendía el discurso de Cynthia en aquella entrevista. Ser profesional significaba valor, pero William, él...Era sencillamente horrible, no podía obligarla a hacer eso, por más que la quisiera. No era una elección justa y comprendía que ella tampoco. Por eso quería sacarlo, pero tampoco debería hacerlo. Era mejor que el chico del uno no saliese de estos juegos y menos después de lo que acababa de decir en la entrevista. No sabía lo que hacía.

—Esto es horrible. —Declaró finalmente el chico del distrito ocho mirando alternativamente a los tributos y a las gentes del Capitolio. —Es sencillamente horrible. No comprendo porque nadie hace nada. ¿Es que no ven lo que están haciendo? ¿Las decisiones que nos están obligando a tomar solo porque hayamos perdido una guerra? No es razonable, no es justo, es simple y llanamente horrible y no deberíamos de aceptarlo tan fácilmente. No lo comprendo, en serio que no lo comprendo. —Comentó rabioso. Ella se encogió de hombros.

—Tienen miedo Nolan. Hace sesenta y seis años nos sublevamos y acabamos así. Es natural que la gente se asuste. —Le explicó ella apaciblemente. —Aparte tampoco es que podamos hacer mucho de todos modos así que...—Pero él la interrumpió firme.

—Podríamos luchar, yo voy a hacerlo. —

—¿Crees que serviría de algo?—La voz del chico del distrito doce se manifestó a la espalda del chico de ojos azules, el cual, sin inmutarse lanzó la moneda al aire de forma que el otro chico pudo entrever con reconocimiento el símbolo que brillaba en él, seguidamente la atrapó con decisión y dijo sonriendo.

—Es mejor que no hacer nada, ¿no crees?—Y Cris no pudo más que pestañear observándole atónito y admirado. Seguidamente bajó el rostro dubitativo, creía que Jack era el único tributo que tenía valor para vivir en estos juegos y por eso quería ayudarle a ganar. Pero ahora veía que Nolan también y sus motivos eran demasiado parecidos a los de él para que se sintiese inclinado a traicionarle otra vez, pero dudaba mucho de que pudiera ganar y ayudar a otro sería más sencillo...

—¡Genial! —murmuró. —Ahora sí que no sé cual de vosotros dos apoyar.—Pero entonces Nolan se levantó rabioso y le cruzó la cara de una bofetada.

—¡Maldita sea, Cris! ¡Reacciona! ¡No dejes que te controlen!—Declaró indignado elevando la voz. El chico del doce pestañeó alucinado e incrédulo, ¿de verdad Nolan acababa de pegarle? ¿Por qué?

—¿Que quieres decir?—Inquirió aun confuso observándole. Nolan le sostuvo la mano decidido intentando nivelarse un poco y explicarse en vez de gritarle. Sabía que no debería de haber hecho eso, no era correcto, pero si había algo que realmente odiaba aquí, además del Capitolio y de sus normas, era a los cobardes que sean por las razones que sean, se rendían sin ni siquiera empezar. ¡Y era, justo, lo que estaba haciendo Cris, en aquel momento!

—Eso mismo. —Dijo simplemente. —No dejes que controlen, no dejes que te manejen. Haz lo que quieras y no dejes que te hagan sentirte culpable por ello. No estás haciendo nada malo por luchar, lo sabes muy bien.—Cris no pudo más que pestañear alucinado y avergonzado a la vez. Nolan tenía razón, no importaba lo culpable que se sintiera por haber desobedecido al Capitolio en estos momentos. Solo estaba luchando por su familia, y eso no era nada malo, al contrario...Era...Bueno....

—Perdona Nolan, tienes razón. —Reconoció arrepentido. —Nosotros no somos los malos aquí. —Annabelle simplemente asintió observando a Nolan con admiración, lo que acababa de hacer en estos momentos era increíble...Seguidamente observó al chico del doce y dijo:

—Entonces, ¿vas a seguir luchando?—Cris la observó decidido, los observó a los dos completamente decidido y, finalmente, asintió sonriente y ella bajó el rostro completamente ruborizada. El chico del distrito doce pestañeó unos instantes mirándola pero esta le ignoro y se concentró en atender las entrevistas, mientras Nolan les observaba con curiosidad. Finalmente, Cris sacudió la cabeza y recordando el asunto por el que había venido realmente a junto de Nolan, lo atrajo hacia otro sitio para luego enfrentarle unos instantes, diciéndole en voz extremadamente baja pero autoritaria:

—Mira, no quiero discutir contigo pero supongo que eres perfectamente consciente de lo que hiciste ayer ante los vigilantes. —Entendía que este no fuese el mejor momento para hablar pero preferiría hacerlo allí que en la arena. Aparte, no le interesaban las entrevistas para nada, no quería encariñarse con los tributos reunidos aquí. Sin embargo, Nolan, al contrario de lo que imaginaba, no protestó, sino que bajó el rostro avergonzado observando a los evaluadores de la fortaleza de los tributos en estos juegos y declaró no muy contento.

—Perder los estribos. Eso es lo que hice. —Suspiró observando alternativamente a Jack, quién no parecía muy contento porque se dedicasen a cuchichear durante las entrevistas, y al chico del doce y siguió hablando con arrepentimiento. —Pero entre que no me hacían ningún caso y que yo, al igual que tú, estoy aquí por algo bueno, realmente no pude controlarme. —Reconoció disculpándose, seguidamente observó a William unos instantes, reflexivo, y asintió para si mismo. —Pero no te preocupes, tengo una solución, es algo peligroso, pero me temo que es la única opción que me queda. Tú por tu parte, deberías de ir a tranquilizar a Jack, no me gusta la forma en que nos mira en estos momentos. —Alarmado, Cris levantó la vista al chico del distrito siete y al ver a lo que se refería, negó con la cabeza y le lanzó una mirada reprobatoria. El otro bajó la vista rápidamente y Nolan no pudo evitar pensar que Cris, en estos momentos, parecía un padre que reñía a su hijo. Estaba claro que era el más maduro de los tres, y aquello le encantaba. Veía en el chico del doce una persona excelente, sí, quizás fuese un poco esquivo y duro, pero era evidente que al tener que hacerse responsable, a la tierna edad de once años, de una familia de cuatro incapaz de mantenerse sola, había tenido que hacerse el fuerte para sobrevivir y hacer que confiasen en él. Mostrándose inquebrantable, valiente y capaz para que su padre aceptase su entrada al bosque con los riesgos que suponía; y aquello era obvio que le había hecho madurar demasiado pronto. Ahora, con dieciocho años Cris parecía más un adulto que un adolescente, al contrario que la mayor parte de los tributos de estos juegos, incluidos Jack y él. Por eso tanto él como su mentor lo veían como el más capaz de ellos, Cris sabía lo que quería y como conseguirlo, solo tenía que evitar dejarse llevar por la culpa y comprender que estar aquí no era un castigo, sino una tortura e injusticia. Y era obvio que después de lo que le había dicho lo había conseguido, el chico del doce estaba dispuesto a luchar.

Solo espero que no lleguemos al final, creo que sería incapaz de matar-le por más que quiera.” Pensó Nolan observando como este volvía a su sitio. Rápidamente hizo lo mismo y se concentró en preparar bien su enfoque mentalmente, la mejor forma de ser si mismo sin por ello revelar todo lo que pensaba sobre el Capitolio, era lo que le había aconsejado su mentor que hiciese, independientemente de que quisiera ganar o no. Y, finalmente, la sorpresa final, una forma de captar las cámaras sin por ello decir lo que sentía por Cynthia. Entendía que esto no le iba gustar mucho a su mentor, pero impresionaría más así que diciendo que estaba enamorado de ella, lo sabía seguro...


Jack bajó el rostro sintiéndose repentinamente avergonzado ante la mirada reprobatoria de Cris, debía reconocer que al ver al chico del doce y Nolan simpatizar de esa forma tan fuerte, durante las entrevistas, había sentido autentica rabia. Creía que Cris y él tenían una conexión especial durante los juegos pero veía que la de él y Nolan era más profunda y aquello no le gustaba nada. No le gustaba que el chico del doce abogase por otra persona que no fuera él. Era una tontería ya que si llegaban al final tendría que matar-le pero no podía evitar pensar así.

—¿Que te pasa?—Llamó Melania su atención, rápidamente. La niña llevaba un vestido verde que casi parecía estar hecho a base de hojas y unas finas alas en las espalda. Según le había dicho, su estilista le había hecho vestir eso para semejarse a una especie de ser legendario de los bosques llamado hada. A él le daba rabia ya que el estilista debió de pensar en ese traje en el desfile y no ahora. Pero en fin, allá ellos y sus formas de hacerlos destacar en estos juegos. El chico suspiró aun cabizbajo, seguidamente levantó la mirada a Cris quién había decidido, de una forma casi drástica, pasar de él y volver a junto de su compañera de distrito, intentado animarla y cuidarla de una forma casi paternal. Se fijó en que la chica del distrito ocho le observaba de una forma tan parecida a la que su compañero de distrito se había acostumbrado a delinear a Cynthia, desde que había llegado a los juegos, que resultaba chocante. Quizás hubiese otros trágicos amantes en estos juegos, aunque lo dudaba, Annabelle ni siquiera les había pedido alianza, de hecho se pasaba prácticamente todos los juegos evitando al chico del doce y él hacía igual con ella. Era como si tuviesen un acuerdo tácito de no simpatizar en estos juegos y eso que habían tenido oportunidades de sobra. Pero era obvio que Cris actuaba con más cabeza que Nolan y sabía fácilmente, lo poco que le ayudaría ni a él ni a ningún tributo, tener una relación amorosa con otro tributo en los juegos.

—No sé si te lo he dicho en algún momento, pero siempre he sido muy recatado y exclusivo con mis amistades en mi distrito. Cris y yo tenemos una conexión especial en los juegos y verle conectar con Nolan de una forma casi incomprensible para mí, me pone de los nervios. Supongo que es una tontería teniendo en cuenta que solo uno sale de esta arena, y quiero ser yo, pero no puedo evitarlo.—Explicó apaciblemente Jack y Melania les observó con interés a él y al chico del doce, seguidamente sonrió y él no pudo evitar enternecerse un poco, era adorable.

—Sois muy amigos, ¿verdad?—Declaró y Jack sonrió asintiendo.

—Otra tontería, teniendo en cuenta que como siga así no podré matar-le si llegamos al final, pero me he dado cuenta fácilmente de que no puedo ignorar mis sentimientos en estos juegos, al igual que él. Supongo, en fin.—Suspiró otra vez al ver que el chico del doce le seguía ignorando deliberadamente y comenzó a juguetear con las mangas de su traje verde oscuro nervioso. ¿A qué jugaba Cris ahora, es que ya no pensaba ayudarle solo porque había mirado mal a Nolan? Bueno, tampoco es que estuviesen en un momento como para simpatizar, pero le preocupaba el asunto.

—Melania Sanders—Su compañera de distrito levantó la vista como asustada, seguidamente sonrió, fingiendo estar feliz de estar aquí, y se encaminó al escenario. La observó unos instantes mientras ella y Caesar simpatizaban en la entrevista, el presentador era un hombre demasiado amable y siempre ayudaba a los tributos, estén como estén en realidad. Los ayudaba, les tranquilizaba y les hacía destacar casi siempre a su manera. Le encantaba lo fácilmente que jugaba el juego de todos los tributos y lo veía como una persona sorprendentemente fácil de manipular, prácticamente no tendría problemas para hacerse el valiente en estos juegos. Era demasiado fácil.

—¿Intentas buscar una manera fácil de manipular al presentador o es que también lo consideras un enemigo? —La voz de Cris lo sorprendió a sus espaldas y suspiró aliviado, seguidamente se río y el chico del doce se sentó a su lado tranquilo y pensativo. Se había fijado, durante los entrenamientos, en que Cris no hacía prácticamente ningún ruido al andar, de ahí que siempre lo pillase por sorpresa. Tendría que preguntarle el truco, quizás le sirviese en la arena.

—Lo primero, busco una forma de destacar en mi entrevista. Antes no quería hacerlo pero después de lo de los chicos del uno y Sean, veo facílmente que no importa lo que hagamos, no vamos a llamar la atención como ellos, y francamente creo que necesitamos patrocinadores en estos juegos. Los profesionales pueden pasarse el tiempo jugando a los arrogantes, porque se van a quedar con todo en la Cornucopia y no necesitan ayuda, pero los demás tributos, no tenemos tanta suerte. —Finalizó tranquilo y observó a Cris expectante, esperaba que le riñese, este silencio le dolía más que nada, pero el chico del doce no parecía por la labor: se hallaba observando alternativamente a su compañera de distrito y la tributo del distrito ocho, pensativo, y Jack no pudo evitar pensar, en estos momentos, que si fuese un mueble, el chico no se habría dado de cuenta siquiera, prácticamente lo estaba tratando igual.
—Podrías dejar de ignorarme, ¿quieres? —Le reprochó. —Ya sé que no debí mirar a Nolan como si quisiera asesinarlo porque simpaticéis de esa forma tan cercana pero, francamente, esto duele.—Cris suspiró.

—Perdona, es que Nolan me ha devuelto las esperanzas de vivir de una forma muy sutil y ahora no paro de pensar en que demonios haré en la arena y contigo. No te lo tomes a mal, pero solo uno sale de esta arena y quizás deba dejar de jugar a los amiguitos un poco.—Le explicó Cris con serenidad. Jack pestañeó, un poco sorprendido, ¡¿que Nolan había hecho qué?! No lo podía creer, ¿como hacía ese niño rebelde para estropearle los planes siempre? No sabía como matar a Cris, nunca lo había sabido, se llevaba demasiado bien con él.
Iba a darle la razón, de todos modos, para tranquilizarlo un poco, cuando sintió que alguien lo observaba y se encontró con la mirada serena y maliciosa de Sean, el cual aprovechaba las entrevistas para seguir simpatizando con sus aliados; (en concreto con el tributo del distrito dos y su compañera de distrito, ya que la del dos no parecía soportarlo desde su entrevista y los del uno se hallaban un poco distraídos); de una forma tan cercana que resultaba chocante. Rápidamente le fulminó con la mirada, realmente le daba rabia que ese crío estuviese entre los profesionales, le parecía un inútil y un engreído. Se pasaba más tiempo jugando al espectáculo con su actitud de niño travieso e inocente y haciendo amigos, que entrenando, y pasaba olímpicamente de impresionar a los demás. No sabía a que jugaba pero le daba rabia, él haría un mejor trabajo entre los profesionales que ese idiota, tampoco es que fuese tan difícil.

—Pues parece que a Sean, en estos momentos, no le importa mucho, prácticamente lleva todos los juegos intentando hacer el mayor número de amigos posible. En un tributo como Nolan lo entendería, es un rebelde y se ha hecho a la idea de que jugar al chico recto y educado no influirá para nada en su devenir en la arena. Pero Sean es un profesional, debería comenzar a comportarse como tal y no, simplemente, limitarse a disimular delante de William. —Cris le observó unos instantes, reflexivo, pero finalmente negó, él también había remarcado esa actitud en el chico del cuatro pero dudaba mucho que fuese por estupidez.

—Pues yo creo que es una técnica y de las más eficaces, ya que como siga así en la arena, nadie podrá matar-le, excepto tú y quizás la chica del distrito dos; ya que lleva desde su entrevista nivelándolo, como si buscase la mejor forma de torturarlo por lo que le hizo Finnick a su querido novio el año pasado. Todos se pasarán el tiempo protegiéndolo y él podrá fácilmente engañarles y matar-les, o arreglárselas para que lo hagan otros. La corona será suya en cuestión de días, quizás menos, lo veo bien capaz. —Aseguró y Jack pestañeó observando a Sean realmente atónito, prácticamente era la mejor técnica que había oído jamás, mejor incluso que la suya cuando quiso acercarse a los profesionales. Él solo tenía previsto introducirse en el círculo y organizarse-las para pasar desapercibido y hacerlos enfrentarse entre sí al final, nunca había imaginado lo que supusiese hacerse amigo de todos aquí. Lo veía muy doloroso, ¿como podría matarlos, si todos le simpatizaban? Era casi imposible

—Bueno, debo admitir que no está mal—Susurró intentando no sonar demasiado perplejo, no podía admirar a ese crío, decididamente no, y más si él le seguía mirando de esa forma tan desafiante. La chica del distrito dos les observó con interés, pero enseguida volcó su atención al rito de asustar a otros tributos, que tenía dispuesto desde que había llegado a los juegos. Eso y las miradas furtivas a William, el cual estaba demasiado distraído charlando con su noviecita como para advertir lo que hacían otros tributos. Normalmente no le daría demasiada importancia, pero teniendo en cuenta que el chico del distrito uno se había erigido fácilmente en líder de la manada profesional, desde el primer día, le resultaba cómico. En cierto modo, aquello era el resultado de algo que había advertido fácilmente en el tejado al hablar con él, la única forma eficaz de engañar a William era hacerle creer que tiene el control. Una vez que se confiaba resultaba muy fácil manipularlo. Lentamente sonrió recordando todo lo que le había acabado comunicando el chico del uno allá arriba sobre los profesionales, mientras que él apenas le había dado mucha información sobre sus aliados. Quizás estos juegos no fuesen tan difíciles después de todo...

—Oye. —Dijo Cris al ver que observaba ahora a William. —Dos cosas en la arena, la primera, olvídate de William, después de su entrevista me ha quedado claro que no quiero verte simpatizar con ese tipo en la arena. Podría matarte de mil formas distintas y tu ni siquiera te habrías dado de cuenta. —Asintió rápidamente, a él tampoco le parecía prudente encontrarse con él en la arena, después de oírle hablar ahí arriba. Estaba claro que no tenía escrúpulos y haría lo que hiciese falta por llegar al final con su noviecita. Iba a matar a todos por ella y a él no le apetecía morir en sus manos.—Y la segunda...—Cris niveló a Nolan pensativo pero finalmente asintió, no iba a dejar solo al chico moreno en su propósito, no, después de lo que había hecho por él...—Quiero a Nolan en la alianza, incluso aunque eso nos traiga algunos problemas.—Sentenció.—No tengo ninguna gana de echarlo después de lo que hizo, no se lo merece. Aparte, me ha dicho que tiene una solución y francamente confío en él. —Jack observó ahora a Nolan que se hallaba cuchicheando con su compañera de distrito y señalando a los tributos del distrito uno de vez en cuando. Tenía que reconocer que, a pesar de su actitud de rebelde, Nolan era uno de los tributos más capaces de los juegos. Realmente le haría falta en la arena por más que no le gustase su actitud. Suspiró.

—Está bien, lo dejaré estar. De todos modos parece que por fin está reaccionando con cabeza ya que ha dejado de jugar a los noviecitos con la chica del distrito uno y, obviando la forma tan fuerte con la que simpatiza con su compañera de distrito, cosa que también hacen otros tributos, así que me da igual, ha dejado de comportarse como un rebelde malcriado en estos juegos. —Cedió resignado cuando la voz del presentador les interrumpió diciendo su nombre.

—En fin, —Dijo levantándose decidido. —Fin de la cuenta atrás —Cris le sonrió con simpatía y le deseó suerte, a lo que él respondió que no la necesitaba y se encaminó al estrado firme y seguro,
estos juegos tenían que ser suyos, no sabía como pero tenían que serlo, tenía que ganar, tenía que sobrevivir fuese como fuese, no quería morir en la arena e iba a hacer lo que sea para evitarlo...


Cynthia cerró los ojos intentando relajarse un poco y sumergirse en los relatos de su distrito, que William se había pasado el tiempo contando, para que olvidase las entrevistas. Su tiempo juntos y lo que este suponía, las personas que dejaría atrás si moría en la arena,...

—¿Comprendes?—Decía él seguro y convincente. —Hay mucha gente que te espera en tu distrito, mucha gente por la que deberías regresar. —

—También hay gente que te espera a ti William, ¿o es que quieres hacerle esto a tu familia? —Contraatacó ella y William bajó el rostro afectado mientras la culpa lo comenzaba a embargar, aun recordaba las palabras de su hermano haciéndole prometer que no se rendiría, aquello era un golpe bajo pero se lo concedía. Él prácticamente estaba usando la misma técnica para convencer-la a ella.

—Claro que no Cynthia, es solo que...—intentó explicarse él pero ella le interrumpió.

—¿No quieres vivir William?—le preguntó.

—No sin ti Cynthia. —Dijo él directamente. —No puedo vivir sin ti.—

—¡¿Y pretendes que yo lo haga?!—Le increpó ella indignada pero sin levantar el tono de voz, era mejor que no les oyesen discutir ahora. —¿De verdad crees que sería capaz de dejar que cogieses un cuchillo y te apuñalases en el corazón, sólo porque según ti merezco vivir más que otros? —Añadió cada vez más angustiada.

—¿No quieres vivir Cynthia?—Le preguntó él.

—No a tu costa William. —Le contestó ella directamente. —No a tu costa. —El chico suspiró con el rostro bajo cuando la voz autoritaria de Robin les interrumpió.

—Si dejaseis de cuchichear un minuto y prestaseis atención a las entrevistas, veréis que tenemos un gran rival en estos juegos—Les increpó él, William iba a protestar cuando vio a quién se refería, a quién estaba haciendo la entrevista en estos momentos y lo que estaba diciendo:


—¿Por qué crees que puedes ganar Jack?—El chico del distrito siete se tendía en su sillón en una postura recta y cómoda. Aparentaba seguridad por todos los poros, seguridad y tranquilidad, era como si no concibiera que pudiera morir ahí arriba. —Porque tengo valor Caesar. —Dijo sin dudar y William no pudo evitar, a pesar que seguía odiando lo que había hecho, sentir cierta envidia, le encantaría tener su seguridad. —Valor inteligencia y sabiduría. Quizás no te parezca mucho comparado con la fortaleza de otros contrincantes pero en realidad lo es. La inteligencia te abre muchas puertas, te permite intuir, lo cual te permite saber y por ende planear y manejar... —Las miradas inteligentes y seguras que le echaba a otros tributos, profesionales incluidos, ponían de los nervios al chico del uno. Le recordaban lo ocurrido en aquel tejado y como lo había utilizado. Al igual que utilizaba al público ahora, convenciéndolo de que podía ganar a pesar de su nota y envergadura...

—Para ganar, ¿eso es lo que intentas decir?—Lo cortó Caesar entusiasmado con el chico, al igual que el público que lo escuchaba atentamente subyugado a él. Prácticamente los tenía en sus manos y sin necesidad de ningún lazo sentimental.

Este chico es un peligro” pensó William. “Y yo que pensaba tenerlo de aliado. Está claro que no puedo caer en su juego de nuevo.

—Increíble. —Murmuró Giannira asombrada sin quitar los ojos del estrado de las entrevistas.

—Sí, los tiene en sus manos. —Coincidió Sean, seguidamente sonrió, le gustaba su rival en estos juegos. William les fulminó con la mirada, indignado, envidia o no, Jack era un tributo, no su compañero de clase, no podían admirarlo. Mientras Jack seguía hablando con resolución, encantado con el efecto que estaba creando:

—Exactamente Caesar. No voy a revelar todos mis planes para estos juegos, pero te puedo asegurar, a ti y a este público que puedo ganar. Sé como hacerlo. —Mostró una sonrisa segura y el público comenzó gritar de forma ensordecedora ante su tono, valor y decisión. Era la primera vez en años, que un tributo de un distrito inferior aseguraba, sin la ayuda de Caesar, que podía ganar los juegos y aquello les encantaba, confiaban en él...

—Tienes razón Robin. —Dijo simplemente William observando al chico decidido. —Este debe morir.—

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Nos vemos en cuanto pueda :)

2 comentarios:

  1. Genial Genial Genial Genial *-* Lo haces muuy biiieeen!! Me ha en-can-ta-do. Ya qur estoy aprovecho para avisarte de que he subido otro capítulo, pásate cuando puedas!!

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  2. PAAAAULAA!! Quedas oficialmente nominada a los premios dardos! Pasate :3

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Queridos tributos, aunque me encanta que esteis aquí y me leáis, me gustaría aún más que me dejarais vuestra opinión. Es lo que me anima a seguir la historia más que nunca.^_^